¡Qué bonitos somos! ¡Qué chulada de democracia! Resulta que la mera mera del INE, la que debería ser más virgen que misa de gallo en Navidad, nos sale con que las “pequeñas” irregularidades en la elección judicial, esas donde los «acordeones» coinciden milagrosamente con los ganadores y las casillas tienen más votos que almas en pena, ¡no importan! ¡Como que si la credibilidad fuera un chicle masticado que se puede tirar a la basura sin remordimiento!
¿Apuntan a una inducción del voto? ¡Noooo, qué va! Son meras coincidencias, guiños del destino, el universo conspirando a favor de los más “capaces”. Y lo de las casillas con más votos que electores, pues ha de ser que los muertos se levantaron para ejercer su derecho democrático, ¡o que los marcianos bajaron a votar por la 4T! ¡Ya saben, cosas de la vida!
Y luego, otros consejeros que, a pesar de la ceguera oficial, aún tienen un par de ojos en la cara, dicen que esto le resta validez a los comicios. ¡Pffft! ¡Exagerados! ¿Para qué quieren validez si ya tenemos un resultado? ¡Aquí lo importante es que ya hay ganadores, y el que no esté contento, que le busque en Google Maps la chingada!
Total, que el mensaje es claro, amiguitos: la trampa ya no es trampa, es “flexibilidad electoral”. Y la inducción del voto, pues es “orientación ciudadana”. Y si te pillan con las manos en la masa, ¡no pasa nada, campeón! De ahora en adelante, el que no hace chanchullo es porque no quiere. ¡Así de fácil, así de cínico, así de mexicano! ¡Y luego nos preguntamos por qué estamos como estamos! ¡Qué viva la democracia al estilo rancho!
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