¡Órale, raza! Aquí estamos de nuevo en DeVotos y otros políticos Nonsanctos, donde desmenuzamos el circo político con una dosis de chile y limón para que no nos dé el mal del puerco. Imagínense: México ahogándose en lluvias, huracanes y desastres que parecen sacados de una peli apocalíptica, y nuestra flamante presidenta Claudia Sheinbaum, en lugar de ponerse el chaleco de Protección Civil, se la pasa en las mañaneras profetizando el futuro de la oposición como si fuera la nueva Nostradamus. «¡El PRI se va, entra Movimiento Ciudadano y ¡pum!, nace el McPAN!», dice ella con esa sonrisa de «yo lo sé todo». ¿McPAN? Suena a combo de hamburguesa con papas, pero en versión tricolor: azul, naranja y un chorrito de ketchup priista para disimular el sabor rancio.
Y ahí entra el héroe del día, Clemente Castañeda, el coordinador de los diputados naranjas de MC, que le suelta un «¡Ey, jefa, bájale dos rayitas al chisme y ponte a chambear!». El cuate, con toda la razón del mundo, le recomienda que se concentre en el ejercicio de su gobierno. ¿Por qué? Porque mientras Sheinbaum anda anunciando el «fin de la alianza PAN-PRI» y bautizando al supuesto nuevo dúo como McPAN, el país está en modo survival: inundaciones en Veracruz, damnificados clamando ayuda y Protección Civil haciendo malabares con recursos que parecen prestados de un bazar. «México tiene muchos problemas, acabamos de tener una crisis de Protección Civil por los desastres naturales», le dice Castañeda, como si estuviera explicándole a una tía distraída que el mole se quema mientras platica por teléfono.
¡Pero no, mi doña Claudia! Ella insiste en que MC va a sustituir al PRI en esa supuesta mega-alianza opositora. Ironía pura: MC, que siempre presume de ser el «tercer camino» sin alianzas, ahora según Sheinbaum es el nuevo socio del PAN. Castañeda, ni tardo ni perezoso, aclara: «Nosotros seguimos solos, sin bodas políticas». ¿Será que la 4T ve fantasmas donde hay espejos? O peor, ¿está Sheinbaum tan obsesionada con dividir a la oposición que se olvida de unir al país? Sarcasmo incluido: mientras los damnificados duermen en albergues, la presi anda jugando a las adivinanzas políticas. ¡Qué chido, eh! Como si el huracán Otis no hubiera sido suficiente lección.
En fin, raza, esto es el México mágico: desastres reales y alianzas imaginarias. Sheinbaum debería cambiar el micrófono mañanero por un megáfono de emergencia. ¿O será que el McPAN es su nueva distracción para tapar los baches? ¡Pónganse las pilas, políticos nonsanctos, que el pueblo no come cuentos!





































