DeVotos y otros políticos Nonsanctos: presionan a empleados de gobierno para apoyar en redes sociales

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¡Ay, caray, Puebla! Donde los gobernantes de Morena juran que son el colmo de la democracia, pero andan armando un circo de likes forzados que ni Pinochet se atrevería. Imagínense: el gobernador Alejandro Armenta, ese que se la pasa presumiendo «transformación» como si fuera el nuevo mesías, ahora tiene a sus burócratas más acorralados que gallina en galpón de coyote. Según lo que anda circulando en redes y reportes de Proceso, el cuate de la Comunicación Social, José Tomé, niega todo con cara de «yo no fui», pero los chismes dicen que sí hay presión: «Comparte los programas estatales en tu Face o Insta, carnal, o te quedas sin lana el quincenario». ¡Órale! Y pa’ rematar, usaban una app llamada Nódica pa’ rastrear quiénes ponían «me gusta» o aplaudían como focas las fotos del jefe. ¿Voluntario? Ja, como el voluntario que te obliga el jefe a ir a su boda.

Pero esperen, que en Huauchinango la cosa se pone más chusca. Ahí el presidente municipal Rogelio López, de Morena puro hueso, se mandó una de esas que ni en telenovela de Televisa. Tras el jalón de orejas que le dio la presidenta Claudia Sheinbaum en persona –porque el cuate no atendió a tiempo las inundaciones y dejó a la raza chapoteando como patos–, el edil decidió que la mejor venganza es un ejército de aduladores digitales. Según MTP Noticias, mandó un memo a sus empleados: «Denme sus usuarios de Facebook pa’ monitorear las reacciones a mis publicaciones, DIF y gobierno municipal. ¡Hasta el viernes, o verás!». ¿Apoyo simulado? Más bien un bot farm humano, con burócratas temblando por si un «me encanta» les salva el pellejo o un silencio les cuesta el puesto. ¡Puta madre, qué nivel de autoritarismo disfrazado de «equipo unido»!

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Esto no es nuevo en la 4T poblanita, eh. Antes propusieron leyes pa’ meter a la cárcel a quien insulte en redes –llamado «ciberasedio», pero que huele a censura pa’ callar a los críticos que sacan los trapitos al sol. Ahora, Armenta arma su «ejército de likes» con burócratas aterrorizados, mientras la oposición grita que es puro show pa’ inflar la popularidad en elecciones. ¿Y los programas sociales? Ah, sí, esos que presumen como si fueran maná del cielo, pero que se financian con impuestos y ahora con «voluntad» forzada en TikTok. Ironía máxima: los mismos que prometieron acabar con el prianato corrupto, ahora vigilan tu Face como el Gran Hermano, pero versión serrana.

En fin, Puebla, despierten: esto no es apoyo popular, es un chantaje digital con aroma a despido. ¿Cuánto tardará en explotar el escándalo? Mientras, sigan compartiendo, compas, pero con cuidado, que el jefe anda con lupa. ¡Salud por los nonsantos que nos gobiernan!

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