Durante el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum registramos 51 casos importantes de corrupción e impunidad. Todos estallaron en su gobierno, aunque casi la mitad ocurrieron en el sexenio anterior: 47% de los casos sucedieron durante el periodo de López Obrador, 10% corresponden al gobierno de Peña Nieto y 41% pasaron entre octubre de 2024 y octubre de 2025. Un caso especial, el del huachicol fiscal, atraviesa las últimas dos administraciones. Este Anuario es un recuento de esos episodios para evitar que se olviden y terminen en la impunidad.
Hace siete años, Andrés Manuel López Obrador ganó las elecciones presidenciales gracias a la promesa de acabar con la corrupción y la impunidad en México. Fueron muchos los modus operandi y beneficiarios que mostraron la corrupción sistémica del régimen durante el gobierno de Peña Nieto y que indignaron a la ciudadanía, tal como documentamos en nuestro análisis de los 35 casos principales de corrupción entre 2013 y 2018.
El sexenio de López Obrador no se quedó atrás, probablemente lo superó. La corrupción no terminó. La impunidad, tampoco. Más allá de las palabras, no hubo ninguna clase de política pública contra la corrupción y la impunidad. Apenas nueve meses después de haber llegado al gobierno, el presidente López Obrador mostró un pañuelo blanco y decretó que la corrupción “se había acabado”. Pero la realidad era otra. El primer caso de una empresa fantasma recibiendo contratos con la autodenominada Cuarta Transformación se documentó tan pronto como en abril de 2019 y, a partir de ahí, las investigaciones sobre las ilegalidades, actos de corrupción e irregularidades del gobierno comenzaron a apilarse, así como el manto de impunidad sobre sus responsables.
Entre 2019 y 2024, en Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) publicamos un recuento anual de los principales casos de corrupción que diversos medios y organizaciones revelaron año con año, en un ejercicio que denominamos el Anuario de la Corrupción. Aunque la gran mayoría de casos fueron descalificados por el gobierno, con el tiempo fue imposible negar su existencia. En total, registramos 183 casos importantes de corrupción en el sexenio que corrió de 2018 a 2024. La corrupción se mantuvo y los pactos de impunidad también.
En este Anuario de la Corrupción del primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo identificamos 51 casos relevantes que se publicaron entre los meses de octubre de 2024 y 2025. Este es un recuento atípico dado que un porcentaje mayoritario de las investigaciones que han salido a la luz este año corresponden a gobiernos del pasado: 24 son esquemas que sucedieron en el sexenio de López Obrador (el 47%), mientras que 5 fueron sobre el periodo de Peña Nieto (10%) y 21 casos ocurrieron durante el gobierno de la actual presidenta (41%). Por último, hay un caso especial que ha ocurrido de manera contínua y atraviesa los dos periodos de gobiernos morenistas: el huachicol fiscal.
La fórmula de prometer acabar con los esquemas de corrupción del pasado y no hacer nada respecto a los de su gobierno le resultó muy efectiva a López Obrador. Su principal estrategia fue la de una campaña de comunicación permanente que recordaba el pasado corrupto del “PRIAN” y la “honestidad valiente” de la 4T.
Para Sheinbaum, es mucho más difícil la opción de seguir escondiendo la corrupción propia y la del pasado a través de una narrativa que hace agua por todos lados. Además, casi la mitad de los actos y redes de corrupción que se han revelado en su primer año de gobierno ya no tocan a sus adversarios de “la época neoliberal”, sino a su antecesor. Investigarlos “tope donde tope” la llevaría a enfrentarse con un importante grupo de funcionarios, políticos y otros actores que mantienen fuertes vínculos con él, con integrantes de su propio gabinete y hasta con él mismo y sus familiares. Además, la corrupción también está creciendo dentro de su administración con formas y nombres propios nuevos, como muestran 4 de cada 10 casos recopilados en este anuario.
A diferencia de los anuarios de años previos, en esta ocasión la gran diversidad entre los 51 escándalos de corrupción que documentamos nos llevó a agregarlos a partir del tipo delictivo que presumiblemente se configura. Esta clasificación permite identificar dinámicas semejantes, patrones que se repiten y enfatizar las debilidades institucionales que los sostienen. Adicionalmente, hemos dedicado una sección especial para el episodio de la importación ilegal de combustibles, pues hay una multiplicidad de conductas que cruzan todas las categorías y que lo perfilan como el modus operandi de corrupción más grande de las últimas décadas. El detalle de cada caso puede encontrarse navegando en el siguiente menú:
Conclusiones
Los 51 casos que hemos documentado en este Anuario de la Corrupción son los principales escándalos e investigaciones que han salido a la luz durante el primer año de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum. A diferencia de lo que sucedió en el primer año de su antecesor, las dimensiones y multiplicidad de casos impiden al gobierno repetir la estrategia de negar y esquivar todas las acusaciones, pues las evidencias documentales de la corrupción del pasado y del presente se acumulan a un ritmo acelerado.
La verdadera pregunta es qué hará la presidenta al respecto, pues la estrategia del gobierno anterior de creer que la corrupción podía combatirse sólo con buenas intenciones y “barriendo las escaleras de arriba para abajo” ha mostrado resultados nulos. Adicionalmente, ha venido creciendo la presión por parte de las autoridades estadounidenses, cuyas instituciones siguen persiguiendo e investigando los posibles vínculos transnacionales entre el crimen organizado y la política en México.
Durante los últimos años el combate a la corrupción se convirtió en una estrategia discursiva muy poderosa. La falta de articulación en una verdadera política pública y la impunidad para los implicados leales al régimen terminaron convirtiéndola en un discurso vacío.
Muchos de los señalamientos y evidencias de corrupción que por años siguieron produciendo el periodismo de investigación, así como investigadores, académicos y organizaciones de la sociedad civil, dan cuenta de un fenómeno que nunca se fue y que está más presente que nunca. Esa labor no se detendrá, por lo que es responsabilidad de las autoridades decidir si de verdad quieren dar un golpe de timón y tomarán acciones sobre todos los casos que se han documentado, sin importar quién los cometa y hasta dónde lleguen las responsabilidades, o si se protegerá a los implicados, dejando la puerta abierta para que la corrupción se siga reproduciendo impunemente.
Esta información fue publicada por Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad: https://contralacorrupcion.mx/anuario-de-la-corrupcion-2025-gobierno-de-sheinbaum/
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