AMLO y su «Grandeza»: Sacrificios Humanos ¿Invención Española o Realidad con Pirámides Incluidas?

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¡Ay, Andrés Manuel, no nos falles ahora que estás en retiro dorado, escribiendo desde tu ranchito en Palenque como si fueras el nuevo Moctezuma con laptop! Sale a la luz su librote «Grandeza» –edición Planeta, ya en librerías por unos 400 varos, si te late invertir en ficción histórica–, y antes de que lo hojeen los chairos, ya armó un desmadre monumental. El gancho: los pueblos originarios de este terruño no jodían con sacrificios humanos ni canibalismo; eso fue pura «propaganda negra» de los barbudos españoles para justificar su fiestón de sangre, oro y violines. «¡Mentira gorda!», grita AMLO, citando a Bonfil Batalla y un año de investigación que, según él, desarma siglos de calumnias coloniales. Invita hasta a los españoles a leerlo, pa’ que sepan que trajeron la codicia, la corrupción y el «fierro del rey» pa’ marcar indios como ganado. ¡Órale, Cayetana Álvarez de Toledo, toma tu lección!

Pero, ¿qué pedo, licenciado? ¿Vamos a fingir que Teotihuacán es un parque de diversiones sin historia sangrienta? Los templos aztecas en Tenochtitlán –que hoy presumimos en selfies turísticos–, los códices como el Borgia o el Florentino (escritos por indígenas, no por Hernán Cortés en resaca), y excavaciones arqueológicas gritan a todo pulmón: sí, carnal, había corazones arrancados en ofrenda a Huitzilopochtli. No era un chisme güero; era ritual, cosmogonía, parte de esa «grandeza» que AMLO quiere blanquear como si fuera leche Liconsa. Historiadores ya andan con el popcorn listos pa’ la trifulca: ¿es humanismo mexicano o revisionismo chairote? El libro, primer tomo de un díptico (viene «Gloria» en 2026), pinta a los mesoamericanos como eticazos comunitarios, salvados por su resistencia en sierras y selvas. Chido, pero…

Aquí viene el sarcasmo con chile: mientras AMLO enaltece al absurdo a los ancestros –haciendo de México la «potencia cultural» que tanto presume en mañaneras recicladas–, las comunidades indígenas reales siguen en la mierda absoluta. Hablo de los 12 millones de originarios que, según el INPI, padecen miseria en 68 lenguas al borde del olvido: sin agua potable en Chiapas (donde vive el Tata), sin luz en Oaxaca, sin escuelas en Guerrero. ¿Dónde quedó esa «grandeza» pa’ los mayas de hoy, que bloquean carreteras por un poquito de dignidad? En seis años de 4T, posaron con huipiles en fotos oficiales, pero los programas sociales fueron migajas: Sembrando Vida plantó corrupción, no maíz; becas que no llegan a los remotos. Presumimos pirámides en UNESCO, pero olvidamos que el legado real es pobreza extrema en el 70% de sus hogares. ¡Qué ironía, AMLO! Enalteces a los muertos intocables mientras los vivos se mueren de hambre. ¿No sería más «grande» un epílogo con soluciones, en vez de peleas con fantasmas españoles?

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En fin, lean el libro si quieren defender la «civilización negada»… pero no se olviden de la viva, que clama por no ser sacrificada en el altar del discurso. Abrazo con corazón, pero con los ojos abiertos.

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