Álvarez-Buylla: ¡Autoaprobada y con Mamá al Lado!

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¡Órale, raza! Bienvenidos a DeVotos y otros políticos Nonsanctos, donde desmenuzamos las chingonerías de nuestros «servidores públicos» con una dosis de sarcasmo que pica más que chile de árbol. Hoy le toca el turno a María Elena Álvarez-Buylla, la exjefa del Conacyt (o Conahcyt, como le digan ahora), esa científica que pasó de los laboratorios a los escándalos como si fuera un reality de Netflix. Imagínense: mientras predicaba austeridad y «ciencia humanista» en el sexenio de AMLO, se autoaprobaba dinerito público para sus propios estudios. ¡Qué conveniente, no mames!

Resulta que, según revelaciones fresquitas de Emeequis y SDP Noticias, Buylla se «autopagó» 751 mil pesotes para un proyectito personal cuando mandaba en el Conacyt. Y para no dejar a la familia fuera, le cayó otro millón y pico a un estudio de su mamá. Total, 3.5 millones en total para la dinastía científica. ¿Conflicto de interés? ¡Nah, puro amor filial! Pero espérense, que la cosa se pone mejor: la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya la denunció ante la FGR por irregularidades que suman más de 400 millones de pesos sin aclarar. Pagos ilegales, sobreprecios en compras, servicios fantasma… ¡Un desmadre total! Y ni hablemos de la hija presumiendo su lujoso estudio de arte en redes, mientras la ASF grita «¡alto ahí!» por 57 millones en daños al erario.

Buylla, claro, no acepta ni una migaja de culpa. Dice que todo es una «campaña de desprestigio» orquestada por enemigos invisibles. ¡Ja! Y para rematar, logra que un cuate suyo salga en prensa a defenderla con la teoría conspiranoica del siglo: «Es asedio mediático de intereses afectados por las reformas». ¿Cuál cuate? Pues en Proceso y otros medios afines, hay columnas como «Álvarez-Buylla, la lucha por la verdad», pintándola como mártir de la 4T. Mientras tanto, las pruebas –contratos, auditorías y denuncias– apilan como tacos en fonda. ¿Campaña? Más bien parece que la realidad les estorba.

Esto contrasta con las denuncias formales en la FGR por malversación en la extinción de fideicomisos. Legisladores opositores piden investigar, pero en Morena, silencio sepulcral. Buylla evade entrevistas, alega «no tengo idea» sobre conflictos con su casa y el Centro Kalan, y sigue en su burbuja. ¿Y nosotros? Pagando el pato con impuestos que financian estos «estudios familiares». ¡Pura hipocresía nonsanta!

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En fin, raza, si la ciencia es humanista, ¿por qué huele a nepotismo? Buylla nos deja lección: en política mexicana, la impunidad es el mejor microscopio para ver irregularidades… pero solo si no te pillan. ¡Hasta la próxima, no se dejen!

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