La seguridad y la integridad de las personas continúan siendo temas prioritarios en la agenda pública de México. De acuerdo con el más reciente reporte de la consultora TResearch International, basado en cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la incidencia del delito de acoso sexual mantiene niveles que demandan atención urgente por parte de las autoridades. Durante el mes de octubre de 2025, se registraron oficialmente 1,045 denuncias por este ilícito en todo el territorio nacional.
Aunque esta cifra representa una ligera disminución del 3% en comparación con el mismo mes del año anterior, cuando se reportaron 1,077 casos, el acumulado histórico revela una problemática persistente. El informe destaca que, en lo que va de la administración federal de Claudia Sheinbaum, se han sumado un total de 9,749 carpetas de investigación por acoso sexual. Esta cifra pone de manifiesto el reto que enfrenta el gobierno actual para erradicar las violencias basadas en género y garantizar espacios seguros para la ciudadanía.
Al analizar la geografía del delito, se observa una concentración alarmante en tres entidades federativas específicas. El Estado de México encabeza la lista con 2,450 casos, seguido por la Ciudad de México con 1,313 y Nuevo León con 706 registros. Estas tres entidades, que se caracterizan por su alta densidad poblacional y actividad económica, concentran aproximadamente el 46% de todos los casos reportados a nivel nacional durante el actual sexenio. Esto sugiere que las grandes urbes continúan siendo los epicentros de esta problemática.
Sin embargo, los números absolutos no cuentan la historia completa. Cuando se revisan las tasas por cada millón de habitantes, la perspectiva cambia drásticamente y aparecen otros focos rojos. El estado de Querétaro se posiciona en primer lugar con una tasa de 288 casos por millón, una cifra que supera por mucho el promedio nacional, que se ubica en 87. Le siguen Baja California Sur con una tasa de 194 y Coahuila con 149. Estos datos indican que, proporcionalmente a su población, la incidencia del acoso es mucho más intensa en estas regiones que en el resto del país.
La evolución histórica de este delito muestra una curva ascendente preocupante en la última década. Mientras que en 2015 apenas se contabilizaban poco más de mil casos anuales, la cifra se disparó progresivamente hasta alcanzar su pico máximo en 2023, año que cerró con 13,819 denuncias. A partir de entonces, se ha notado una tendencia a la baja, registrando 11,648 casos en 2024 y los 9,749 acumulados hasta octubre de 2025. Aunque la reducción es una señal positiva, los niveles actuales siguen siendo significativamente superiores a los de hace cinco años.
Para el público interesado en la política y la seguridad pública, estos datos sirven como un termómetro de la realidad social. Las variaciones porcentuales entre 2024 y 2025 muestran que entidades como Campeche y la Ciudad de México han tenido incrementos, mientras que otras han logrado reducciones. El combate al acoso sexual requerirá no solo de la atención del gobierno federal, sino de estrategias locales focalizadas tanto en las grandes metrópolis como en los estados con las tasas de incidencia más altas.





































