La realidad de la desventaja de ser mujer en el mundo de los negocios, el mundo ejecutivo, con discriminación, trabas estructurales masculinas, diferencias salariales es algo no solo muy conocido, sino también estudiado a nivel académico y en organizaciones sociales enfocadas al tema de los negocios.
Fuera de los negocios o empresas familiares (y aún algo en éstas) en donde una mujer parte de los propietarios tiene ciertas ventajas para tener posiciones ejecutivas y hasta del nivel más alto, las mujeres que desean y luchan por ascender en la escala de mandos de la empresa en donde prestan sus servicios encuentran muchos obstáculos. La resistencia masculina o hasta machista en verdad hace que los poderosos en una empresa se nieguen muchas veces a reconocer habilidades y destrezas importantes en las mujeres sólo por serlo.
Así, una mujer que quiere ser ejecutiva o si ya lo es ascender de puesto tiene una tarea que hacer que no tienen los varones. Demostrar que puede con el cargo aspirado sin, por supuesto, descuidar las labores propias de ser madre, esposa, hija, amiga, etc. A los varones se les facilita que la apreciación del superior o superiores puede ser suficiente para ascenderlo, mientras que la mujer debe la mayoría de las veces demostrarlo y arreglárselas para que se le reconozca.
Dentro del mundo estudioso de la vida organizacional de las empresas hay mucha investigación al respecto, y muchas recomendaciones para ofrecer una igualdad de oportunidades a las mujeres frente a los varones. Y gracias a eso es que en muchas empresas se han tomado decisiones para ofrecer esa igualdad de oportunidades de desarrollo ejecutivo.
Pero las mujeres aspirantes a cargos ejecutivos sean éstos iniciales o mejores de los ocupados, tienen que aprender a moverse en un mundo predominantemente masculino. Y este aprendizaje es en mucho personal. Les ayudan los procesos de dicho aprendizaje que se ofrecen a veces, muy pocas en las grandes empresas, pero también en organizaciones de mujeres ejecutivas que buscan apoyar a sus compañeras a desempeñarse como gerentes o ejecutivas en el mundo de hombres.
La joven aspirante a crecer como ejecutiva tiene que tomar en cuenta ciertas cosas para progresar. Primeramente darse a respetar por sus compañeros de la empresa, que no las vean como alguien a quien conquistar sino como un apoyo en el trabajo organizacional. Tienen que prepararse académicamente en el campo en el que se desempeñan. Desarrollar las habilidades ejecutivas conocidas, como el liderazgo, que son para todos, hombres y mujeres, y no tratar de ascender solo por ser mujer, alegando equidad de sexo.
Las mujeres en la vida tienen ciertas ventajas que los varones no comparten de la misma manera. Su emotividad y su pensamiento femeninos les hacen a veces ver las cosas con una perspectiva diferente y que aporta criterios y puntos de vista que pueden ser de gran utilidad. Esa destreza femenina se nota desde el hogar y el matrimonio hasta en todos los demás aspectos de la vida, por ejemplo en la política y en el arte y la cultura.
En el trato humano en la empresa las mujeres deben ser sencillas de trato pero a la vez elegantes (en todos sentidos, como te ven te tratan) y tan formales como sea necesario. Deben desarrollar buenas habilidades de relación con otras mujeres, que muchas veces las ven más como rivales que como compañeras, cosa que -hay que reconocerlo también- al final del día les resta competitividad, al contrario de lo que sucede con los hombres que, por lo general, se apoyan entre ellos. Cosa que les aporta muchas ventajas en el ascenso de la escalera corporativa.
Cada mujer joven profesionista que desea progresar en un mundo ejecutivo predominantemente masculino tiene que desarrollarse profesionalmente en la misma forma que los varones, pero como se dice a veces, aprender a ser mujer entre varones, ser muy hábiles para demostrar su capacidad profesional y ejecutiva en particular para que se les considere en los ascensos previstos de una empresa. ¿Difícil? Si, pero no imposible.
Muchas mujeres han triunfado en sus carreras ejecutivas, inclusive en grandes empresas o conglomerados empresariales como lideres, empresarias, directoras generales o presidentes de consejos de administración, eso sí, generalmente lo consiguen a costa de muchos sacrificios personales tales como el de “partirse en mil pedazos” para tratar de estar presente en la vida de sus hijos, dejar de lado las reuniones sociales, verse frente al reto de desarrollar una disciplina inquebrantable en todos los aspectos y, sobre todo, de pagar el precio de descuidar su persona en aras de lograr todos los cometidos a los que se enfrenta día con día.
Al final del día, aunque la mujer ha ganado terreno en estos espacios, aún tiene muchos desafíos a vencer y, desafortunadamente, deberá seguir luchando por obtener el debido reconocimiento en medio de un mundo que apenas empieza a reconocer su gran resiliencia, así como su enorme capacidad de generar valor dentro y fuera de las empresas. Adicional a ello, también resulta ineludible ya que el mundo legislativo deje de hacerse de lado ante la inminente necesidad de establecer lineamientos para que las mujeres que son madres puedan ejercer su derecho a convivir en armonía con su rol en el trabajo fuera del hogar.
La solidaridad masculina, generada en la prehistoria como forma de ayuda y protección mutua de los compañeros ante el peligro, ha significado mucho en la historia del mundo, en especial en las guerras. Y ante esa solidaridad milenaria, se requiere en general y en particular en el mundo del trabajo la solidaridad entre mujeres, con un término presentado en 1921 por Miguel de Unamuno: sororidad del latín soror (en inglés sorority), esa que significa ayudarse entre las mujeres entre sí. Deben apoyarse en el ascenso y desempeño ejecutivo, amén de todo aquello en que las mujeres luchan en desigualdad de condiciones y discriminación ante el varón.
Afortunadamente, esta “corriente de pensamiento” en el que la mujer va tomando cada vez un papel más preponderante en todos los roles de la sociedad, nos invita a todos a que continuemos abriendo brecha para que la justicia se imponga ante el prejuicio y a que el tan afamado machismo deje de formar parte de la crianza de cualquier ser humano.
@siredingv






































