El precio del gas licuado de petróleo (LP) en México, un insumo vital para la economía doméstica y la estabilidad social, ha mostrado una tendencia de notable calma al cierre del penúltimo mes del año. Durante la segunda quincena de noviembre de 2025, el promedio nacional se situó en 20.1 pesos por kilogramo. Esta cifra no solo refleja una gestión controlada del mercado energético, sino que también consolida un periodo de variaciones mínimas que benefician directamente al presupuesto de las familias mexicanas, quienes dependen de este recurso para sus actividades diarias más básicas.
Para entender la importancia de este dato, es necesario observar la trayectoria que ha seguido el combustible en el actual sexenio. Bajo la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, el precio promedio se ha mantenido estable en los 20.20 pesos por kilogramo. Esta consistencia es vista por analistas políticos como un pilar de la narrativa de control inflacionario del gobierno federal. En las últimas semanas, el costo ha fluctuado apenas entre los 20.1 y 20.3 pesos, cerrando noviembre en su punto más bajo de dicha franja.
No obstante, la geografía de los precios revela una brecha profunda entre las diferentes regiones del país. Los contrastes son severos: mientras algunos estados disfrutan de tarifas bajas, otros enfrentan costos que presionan significativamente la economía local. Baja California Sur se mantiene como la entidad con el gas más caro de todo México, alcanzando un precio de 22.7 pesos por kilo. Esta situación suele atribuirse a las complejidades logísticas y de transporte que implica abastecer a la península. En una situación similar se encuentra Sinaloa, donde los consumidores pagan 21.3 pesos por el mismo producto.
En contraparte, el norte y el centro del país presentan las opciones más económicas para la población. Nuevo León lidera como el estado con el precio más bajo, registrando apenas 19.2 pesos por kilogramo. Le siguen entidades del centro como Morelos y Tlaxcala, donde el costo es de 19.3 pesos. Estas diferencias de hasta 3.5 pesos por kilo evidencian que, a pesar de los esfuerzos nacionales, la ubicación geográfica sigue siendo un factor determinante en el costo de vida de los mexicanos.
Desde una perspectiva histórica, los 20.1 pesos actuales se encuentran en un punto medio saludable si se comparan con los datos de años previos. Por ejemplo, el promedio nacional durante el sexenio de Andrés Manuel López Obrador fue de 20.70 pesos. Si bien estamos lejos del mínimo de 18.1 pesos registrado en 2023, también estamos a salvo de la crisis de 2021, cuando el precio promedio llegó a dispararse hasta los 24.2 pesos por kilogramo debido a choques en las cadenas de suministro globales.
Este panorama de estabilidad, reportado por firmas como TResearch con base en datos de la Comisión Reguladora de Energía, sugiere que el mercado del gas LP ha encontrado un equilibrio funcional. Para un portal interesado en la política mexicana, estos números son más que simples estadísticas; son el reflejo de una política energética que busca evitar el descontento social provocado por incrementos abruptos. Mientras la tendencia se mantenga cerca de los 20 pesos, el gobierno podrá presumir de un manejo exitoso en uno de los indicadores que más afectan la percepción pública sobre la economía.
