Informalidad: El Gran Desafío del Mercado Laboral Mexicano

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El reporte de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) para octubre de 2025, expone una radiografía del mercado laboral que es simultáneamente prometedora en términos de volumen y preocupante en calidad estructural. La Población Económicamente Activa (PEA) alcanzó los 62.5 millones de personas mayores de 15 años, lo que representa un aumento absoluto de 1.1 millones de personas respecto a octubre de 2024. Sin embargo, esta expansión en el volumen de trabajadores se ve opacada por el avance de la informalidad laboral, el indicador clave que define la precariedad y el reto estructural de la economía.

Dinámica de la Participación y Desocupación

Aunque la PEA creció en términos absolutos, la Tasa de Participación Económica (TPE), la proporción de la población en edad de trabajar, registró un ligero descenso de 60.2% a 59.9% (-0.3 p.p.) en el periodo anual. Esta disminución se explica principalmente por una baja de 0.8 puntos porcentuales en la participación de los hombres (situándose en 74.9%), mientras que la tasa de las mujeres se mantuvo estable en 46.7%. Este descenso en la tasa de participación, a pesar del aumento demográfico, es un indicio de cambios en la disposición o en las expectativas de la población para formar parte del mercado laboral.

La estabilidad en la absorción de la mano de obra ha mantenido la Tasa de Desocupación (TD) en niveles bajos, aunque registró un incremento marginal de 2.5% a 2.6% en octubre de 2025. Este 2.6% representa a 1.6 millones de personas activamente en búsqueda de empleo. La desocupación para hombres subió a 2.7%, mientras que para mujeres se redujo a 2.4%. Esta baja TD se interpreta a menudo como un signo de fortaleza, pero su contexto está fuertemente modulado por la masiva presencia del sector informal, que actúa como un colchón para quienes no encuentran un puesto formal.

El incremento de 1.3 millones de personas en la Población No Económicamente Activa (PNEA), que alcanzó los 41.8 millones, sugiere un análisis cuidadoso. El gran volumen de la PNEA continúa siendo una reserva potencial de mano de obra que podría reincorporarse al mercado, ejerciendo una presión latente sobre la demanda de empleo.

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El Avance Incesante de la Informalidad Laboral

El dato que domina el análisis de la ENOE 2025 es el crecimiento de la Tasa de Informalidad Laboral (TIL1), que alcanzó el alarmante nivel de 55.7% de la población ocupada. Este porcentaje representa a 33.9 millones de personas en la informalidad y un incremento de 1.6 puntos porcentuales en un año, al pasar del 54.1% de octubre de 2024 al 55.7% de 2025. La informalidad es el espejo de una creación de empleo sin la suficiente calidad, protección legal o seguridad social.

El crecimiento de este indicador se correlaciona directamente con la tendencia en la posición en la ocupación. El peso de los trabajadores subordinados y remunerados dentro de la población ocupada cayó del 69.6% al 68.7% (-0.9 p.p.). En contraste, los trabajadores por cuenta propia (quienes suelen operar en la informalidad) aumentaron su participación a 21.9% (+0.5 p.p.), alcanzando los 13.3 millones de personas. Este desplazamiento hacia el autoempleo indica que la generación de empleo se está inclinando hacia formas más precarias.

Un análisis desagregado por sexo muestra que la informalidad afecta de manera generalizada. La tasa de informalidad para las mujeres se ubicó en 55.4% y para los hombres, en 56.1%. La dependencia estructural en el sector informal, que supera la mitad del mercado laboral, implica desafíos críticos para el diseño de políticas públicas, particularmente en materia de recaudación fiscal, seguridad social y planeación de pensiones.

Indicadores de Calidad Laboral

El reporte del INEGI ofrece una perspectiva complementaria sobre la calidad del empleo. La Tasa de Subocupación (TSUB), que refleja a quienes buscan trabajar más horas, se redujo notablemente de 9.4% a 7.5% (-1.9 p.p.). Aunque esta disminución es un signo positivo, el 7.5% (equivalente a 4.6 millones de personas) aún indica un exceso de oferta laboral.

Un indicador crucial es la Tasa de Condiciones Críticas de Ocupación (TCCO), que mide la ocupación precaria desde la perspectiva de tiempo de trabajo y/o ingresos, y también mostró una disminución, pasando de 35.9% a 34.4% (-1.5 p.p.). Si bien la baja es favorable, el hecho de que más de un tercio de la población ocupada se encuentre en estas condiciones críticas (bajos salarios, jornadas excesivas o insuficientes), subraya que la mejora en las cifras de subocupación y desocupación no se traduce automáticamente en una mejora sustancial en la calidad de los ingresos y las condiciones generales de trabajo.

Conclusión y Desafío Estructural

Las cifras de la ENOE de octubre de 2025 dibujan un mercado laboral con una fuerte capacidad para incorporar nuevos trabajadores, manteniendo una baja tasa de desocupación. Sin embargo, la estructura de la ocupación se está volviendo cada vez más dependiente del sector informal, que con su tasa del 55.7% se consolida como el principal generador de empleo. Esta dualidad, de crecimiento absoluto junto a la precarización, presenta el mayor desafío para el analista político: ¿cómo mantener el dinamismo económico sin sacrificar los derechos y la protección social de más de la mitad de la fuerza laboral? El crecimiento de la informalidad y la disminución en el porcentaje de trabajadores asalariados sugieren que las políticas económicas deben pasar de enfocarse únicamente en el número de empleos a poner un acento crítico en su formalización y dignificación, buscando transformar la cantidad de trabajo en una base sólida para el desarrollo social y económico sostenible.

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