¿Marchando Hacia el Abismo o al Panteón?

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¡Ay, la marcha del 15 de noviembre! Esa épica reunión de líderes políticos cansados que querían demostrar que todavía tienen un par de neuronas en la cabeza y que no todo está perdido, mientras sus seguidores soñaban en un brindis de esperanza y no en un brindis de tequila para olvidar. Pero, sorpresa, después de que los medios hicieron su chamba, los morenistas se desquitan como si les hubieran pisado la cola de un perro: “¡Nos dolió más de lo que aceptamos!” Y claro, no hay mejor venganza que organizar otra marcha, pero esta vez, prometen, con los “jóvenes reales” de la Generación Z, no con los robots de desecho de la derecha malvada.

Pero aquí viene la pregunta del millón: si la marcha del 15 de noviembre fue una “marcha falsa”, como dicen los morenistas en su afán de consuelo (a ver si con eso se les pasa el ardor de culo), ¿para qué carambas organizar otra? Es como si te dijeran que la última fiesta fue un fiasco, pero tú sigues terco y decides lanzar otra con el mismo DJ que solo toca reggaetón: un error monumental, pero aplaudido por tus amigos porque seguro se la pasan “chido”.

Los mismos que antes juraron que la oposición estaba compuesta solamente por bots ahora se dan cuenta que en la “realidad” hay más jóvenes que los que pensaban. ¿Y qué pasa aquí? Se traen un lío intergeneracional digno de culebrón mexicano. Ahora, un grupo de hipsters en jeans rasgados va a demostrar que realmente pueden marchar, pero con actitud. O sea, porque marchar con un “punch” de Instagram y transmitir en vivo desde la primera fila es lo que realmente importa, ¡como si a alguien le importara ver otro hashtag que dice “#YoSoyReal”!

Pero, espera, que esto se pone más interesante. ¿Quiénes son esos “jóvenes de verdad”? Según los morenistas, no van a llevar sus “bots” en esta nueva versión de movilización, porque ahora, aseguran, están enfocados en atraer a los jóvenes que realmente sienten la política… O al menos, los que llevan la última moda en zapatillas y maquillaje. Porque sí, al parecer la “realidad” se mide por cuántos “likes” consigan en su presentación.

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Al final del día, si la marcha se sostiene, será otro circo mediático que ni a los paleros les va a interesar, pero que a la cúpula morenista le vendrá como anillo al dedo para mostrar que aún tienen el control. Pero que no se les olvide: el pueblo tiene memoria, y aunque ahora estén armando la nueva “Marcha de los Jóvenes Reales”, al final son los mismos trapos de ayer, con un poco de glitter y un toque de sarcasmo. Solo que esta vez, echados a perder desde el principio.

Y así seguimos, amigos, en la pantalla del teatro político de este país, donde la ironía nunca se apaga y los escándalos son como el mole en las fiestas: todos los días se sirve. ¡A seguir adelante con nuestras marchas y memes!

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