Off the Record: Amenazas Fantasmas y Gritos en el Salón ¿Drama o Telenovela Política?

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Órale, carnales, aquí en «Off the Record» andamos escarbando en los chismes que corren como pólvora en X, esos que no son más que versiones no confirmadas, rumores de tuiteros envalentonados y sospechas que se arman con un screenshot y un emoji de calaca. Nada oficial, eh, puro eco de la red social donde todos somos detectives y nadie fiscal. Hoy, el circo se arma alrededor de Ana Pat Arteaga y el dipu morenista Arturo Ávila, con un twist que huele a arrepentimiento exprés, y de remate, el coordinador priísta Rubén Moreira metiendo el dedo en la llaga con acusaciones de amenazas en pleno debate del Presupuesto 2026. ¿Coincidencias? Ja, en la política mexicana, eso no existe; todo es guión de narconovela.

Empecemos por el escándalo de las redes. Hace ratito, Ana Pat, la activista que no se calla ni bajo el agua, soltó en X que un dipu de Morena –cuyo nombre arranca con A, guiño-guiño– le mandó amenaza de muerte por opinar chido sobre la alcaldesa de Cuauhtémoc, Alessandra Rojo. «Me retiro temporalmente», tuiteó el 28 de octubre, y bum: likes por miles, reposts furiosos y un chorro de «¡No al machismo morenista!» de la oposición. Pero agárrense, porque ayer, 4 de noviembre, corrió el rumor –vía usuarios como @h_mondragonc– de que todo era un «montaje burdo», expuesto hasta por Pamela Cerdeira. Dicen que la denuncia penal que interpuso Ana Pat contra Ávila por supuestos mensajes siniestros en X… ¡pum! Retirada. Y no nomás eso: ofreció disculpas públicas al dipu, reconociendo que el contexto de la bronca política la hizo leer mal los DMs. ¿Fake account o paranoia de campaña? En X, tuiteros como @RealArturoH borraron sus posts de apoyo a Ana Pat, admitiendo que «mentir sobre amenazas sería gravísimo» y que mejor esperan a las autoridades. Otros, como en el hilo de @emeequis, cuestionan: «¿Qué hay de cierto?». Sospecha general: puro show para rayar a Morena, o tal vez Ávila con su cuenta verificada (@arturoavila_mx) defendiendo que hay suplantadores (@ArturoAvilaf) armando el desmadre. Versión no confirmada: la oposición quiso armar un escándalo viral, pero se les volteó como tortilla chamuscada. Lección del día, según los comentarios: más cabeza fría, wey, y menos finger-pointing en medio de pleitos electorales. Analicen el contexto, no vayan a terminar pidiendo perdón con la cola entre las patas.

Y ni hablar del remate en San Lázaro. Mientras el PEF 2026 se cocinaba entre recortes del 43% a seguridad, 19% a justicia y 50% a salud –como chismea @FerMoctezumaO–, Moreira soltó la bomba: acusó a Ávila de mandarle «mensajes de amenaza» durante el debate por la violencia en el país. ¿Qué? Según trascendidos en Facebook de Radio Fórmula y Quadratín, Ávila le gritó «después de esto hay un antes y un después», que Moreira interpretó como intimidación pura. En La Jornada, pintan un ring: insultos volando, mantas anti-Morena, empujones y Ávila devolviendo con «¡niñera del Bienestar!» y «pareja de Alito Moreno». Rumores en X, como el de @rubenmoreiravdz criticando a Ávila por subir impuestos y recortar presupuestos, avivan la lumbre: ¿fue amenaza real o puro grito de macho herido? Usuarios sospechan que es la oposición armando un mártir para bloquear el presupuesto, mientras Morena lo ve como berrinche priísta. Al final, aprobaron con 355 votos, entre gritos y denuncias de «sabadazo». Suposición callejera: esto no para, carnal; viene más leña pa’ que arda el circo.

En fin, en este México de tuits efímeros y amenazas voladoras, todo pinta a que la política es un WhatsApp grupal sin mute. ¿Seguiremos con dramas o aprenderemos a checar fuentes? Ustedes diigan.

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