¡Ay, Adán Augusto! Parece que el 27 de octubre fue solo otra fecha en tu calendario de “buenas novedades”. También podrías darle un nuevo nombre: «El día en que los esqueletos salieron a bailar». Porque, claro, siempre hay algo que se destapa en el mundo de la política mexicana; y tú, querido senador de Morena, estás comenzando a parecer más un personaje de novela de García Márquez que un político de la cuarta transformación.
Resulta que tres investigaciones nuevas, que no son las típicas de los chismes de la Fábrica de Chismes de Tabasco, han vuelto a poner el foco sobre tus notarias (esas que no son notarias nada más por el nombre), las que de alguna manera han tejido una telaraña con empresas que tienen más sombras que luces. Y es que, si de relaciones peligrosas se trata, Adán Augusto, ¡tienes más conectes que el WiFi de un tianguis!…
Las implicaciones de estas investigaciones son tan delicadas que uno podría creerse que en lugar de senadores, estamos hablando de agentes de la CIA infiltrándose en cuestiones de la política mexicana. ¡Qué nivel de drama! Y ni hablemos de tu relación con esas empresas vinculadas a actividades criminales; parece que no estás dejando piedra sin mover, mientras la gente de a pie se pregunta si tendríamos que hacer una encuesta para saber cuáles son los negocios legítimos en los que te involucra la sombra del poder.
Y es que, mientras cantas en las mañaneras sobre la transformación del país, los ciudadanos siguen preguntándose si tú no serás el protagonista de la “Fuga del Dinero” o el rey del “No sé, no vi, no oí”. Una cosa es clara: este no es un espectáculo en un circo, aunque las acrobacias que haces para evitar la guillotina del escándalo son dignas de aplausos. La política menospreciada te lanza y te revuelca; y mientras te subes al ring de la desinformación, aquellos que te votaron deben estar mirando desde la orilla preguntándose si eligieron al notario correcto o si terminaron eligiendo a un mago que convierte los dineros en sombras.
Lamentablemente para ti y tus estrategias de “aquí no pasó nada”, la realidad es siempre más bizarra que la ficción. ¿Qué tal si usas ese talento para, en lugar de desviar la atención hacia tu «brillante» trabajo en el Senado, empezaras a trabajar en serio para que Tabasco y, por ende, todo México, dejen de ser el blanco de la burla nacional sobre cómo la impunidad se pasea con la misma elegancia que un mariachi con sombrero en una boda?
En resumen, Adán Augusto, entre notarias, “negocios” turbios y la siempre creciente lista de escándalos, es evidente que el poder no solo corrompe, sino que a veces es capaz de hacerte bailar con los muertos del pasado. Así que, adelante, sigue en tu camino, que el pueblo ya sabe que el circo está en la Plaza y tú, el preferido del payaso del país, no puedes dejar de actuar.
