¡Órale, compadres! En este rincón de la farándula política donde los devotos se convierten en nonsantos más rápido que un taquito en la panza, hoy les traigo el show de Layda Sansores, la gobernadora de Campeche que parece haber confundido el Palacio de Gobierno y la responsabilidad de gobierno con un set de Netflix. ¿Servicio público? ¡Ja! Para ella, eso es puro pretexto pa’ desfilar como diva de telenovela, con más plumas y lentejuelas que austeridad franciscana. Imagínense: mientras el pueblo suda la gota gorda con inseguridad y desapariciones, Layda gasta 14 millones 153 mil varos en viáticos en 2024, ¡cinco veces más que lo que destinan a buscar a los desaparecidos! Eso son 38 mil 777 pesos diarios en aviones, hoteles y marisquerías, carnales. ¿A qué? ¿A «reuniones de trabajo» en Ámsterdam pa’ celebrar su cumple? ¡Ay, Layda, ni el mismísimo AMLO con su «no mentir, no robar» avala tanto despilfarro! Es como si la 4T se hubiera convertido en «4T de Turismo».
Pero espérense, que lo peor no es el billetazo. Layda tiene su propio «Martes del Jaguar», un programita donde ridiculiza a periodistas críticos como si fueran payasos de circo. ¿Recuerden cuando filtró chats de Ricardo Monreal pa’ tumbar a Alito Moreno? Ahora, va más lejos: usa la Fiscalía pa’ cazar nombres de reporteros en Telemar y Tribuna Campeche, exigiendo quién escribió esas «calumnias» que la pintan de farsante. ¡Censura con moño judicial! Una jueza local hasta puso interventor pa’ revisar publicaciones antes de salir, y obligó a tres periodistas a disculparse en vivo por «violencia de género». ¿Contra quién? Contra la reina Layda, que llora misoginia cada vez que le tocan el ego. Si criticas su gobierno fallido, eres misógino. ¿Y el derecho a la info? Pos se ve que, en Campeche, la libertad de prensa es tan libre como un perico enjaulado.
Ah, pero el colmo del exhibicionismo llegó recientemente. Layda, en pleno carnaval, se disfrazó de María Antonieta: peluca empolvada, vestido victoriano y todo el kit de nobleza europea, posando con su «hermanita» Laura Sansores, alcaldesa de Calkiní, en un festival precarnavalesco. ¡Fantasías aristocráticas en tiempos de crisis! Los tuiteros la destrozaron: «Los mexicanos te pagamos 150 mil al mes pa’ que juegues a la reina, mientras Campeche se hunde en retroceso económico». Y ni hablar del informe del DIF: Laura, presidenta honoraria, montó un musical de Broadway pa’ rendir cuentas. ¡Cantando «Canta Corazón» de Alejandro Fernández, con coristas y todo! «Este informe es cantando, abre bien los sentidos», decía, mientras Layda aplaudía como groupie. El DIF lo llamó «viaje sensorial», pero en redes lo bautizaron «circo Sansores». ¿Cumpliendo sueños de infancia? ¡Claro! Las hermanitas soñaban con ser estrellas, no con ayudar a vulnerables. Laura hasta le dedicó: «Te amo, Layda», en maya pa’ que sonara profundo. ¡Puro teatro y nada de responsabilidad que debe mostrar un servidor público! Porque eso es la gobernadora, que no se nos olvide.
¿Se imaginan si Layda llega a más poder? Campeche ya es su reino de fantasía; el país entero sería un carnaval eterno de disfraces, viáticos y shows. ¡Mejor que se quede allá, con su jaguar y sus pelucas, antes de que nos convierta en extras de su telenovela! ¿Qué opinan, raza? ¿Austeridad o puro show?





















