¡Ay, nanita! Ahí va Gerardo Fernández Noroña, nuestro senador de Morena, pidiendo licencia pa’ irse nueve días a Palestina como si fuera el mismísimo Moisés cruzando el desierto, pero con Emirates en primera clase y sin pagar un pinche peso. El cuate, que se la pasa gritando «¡genocidio!» cada vez que Israel tose, anunció que los Emiratos Árabes Unidos le regalan el vuelo, el hospedaje y el camello pa’ rodar por Gaza, todo por su «solidaridad» con los palestinos. ¿Solidaridad o chingadazo de atención? Porque el vato reta a que le prueben que es ilegal que un gobierno foráneo le pague el viaje pa’ ir a atacar al «imperio sionista». «¡Denúncienme, cabrones! ¡Muéstrenme el artículo de la ley!», grita en conferencias, con esa cara de «soy intocable» que parece salida de una telenovela de Televisa.
Y no, no exagero, carnales. El 21 de octubre soltó que reprogramó el periplo porque «Israel no cumplió el alto al fuego y sigue el genocidio», como si él fuera el único profeta en el Senado. Viajará del 23 de octubre al 2 de noviembre, visitará campos de refugiados, platicará con autoridades palestinas y hasta se anima a meterse a Gaza si lo invitan, aunque admite que es «temerario». ¿Y el riesgo? «Lo peor que me pasa es que me quiten la visa gringa», dice, como si eso fuera un martirio y no una bendición pa’ los que odian el T-MEC. Ironía pura: el que viaja low-cost en avión ajeno, posando de héroe humanitario, mientras en México hay limoneros en Michoacán pidiendo auxilio por extorsiones narco. Un priista ya le dijo: «Ve a Apatzingán, Noroña, y defiende a los de aquí antes de jugar a la ONU».
Pero lo chistoso es el embeleso del cuate con los reflectores. En redes y medios, se revuelca en los likes y retuits, retando a opositores como si fuera un ring de lucha libre. «¡Las críticas son pa’ justificar el genocidio!», ladra, mientras evade que aceptar lana extranjera huele a conflicto de interés, aunque él jure que no es hospedaje ni comidas –solo el boleto, ¿eh?–. Pura sátira viviente: un devoto de la 4T que viaja en avión árabe pa’ fustigar a Israel, financiado por petromonarquías que bailan con los yanquis. ¿No es eso como predicar austeridad mientras te dan la suite presidencial?
Al final, Noroña regresa el 2 de noviembre con testimonios en vivo y más followers, pero ¿cambiará algo? Ni madres, solo más show pa’ su ego inflado. En este circo político, los nonsanctos como él nos venden martirio a precio de avión gratis. ¿Quién dijo que la diplomacia no es un viaje pagado?