La presencia de Claudio X. González en el evento de relanzamiento del Partido Acción Nacional (PAN), celebrado el 18 de octubre de 2025 en el Frontón México, ha generado un intenso debate en el escenario político nacional. Como invitado de honor junto a figuras como Santiago Creel, Xóchitl Gálvez y Ricardo Anaya, González enfatizó la necesidad de quitarle a Morena la mayoría calificada en el Congreso en 2027 y desalojarlo de Palacio Nacional en 2030. Su llamado a mantener la alianza opositora con el PRI, pese a la «renovación» panista, resalta su influencia, pero también aviva críticas sobre su rol como poder fáctico.
Claudio X. González Guajardo, empresario y activista, es hijo del fundador de Kimberly-Clark México y ha emergido como una figura clave en la sociedad civil. Fundador de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) en 2015, ha impulsado investigaciones sobre desvíos de fondos públicos, como el caso de la Estafa Maestra durante el gobierno de Enrique Peña Nieto. Su labor en educación, a través de Mexicanos Primero, promueve reformas para mejorar la calidad docente y el acceso equitativo. Defensores lo ven como un héroe cívico: ha apoyado causas como la transparencia electoral, la defensa del Instituto Nacional Electoral (INE) y la lucha contra la impunidad. En el evento del PAN, respaldado por exconsejeros como Lorenzo Córdova y el expresidente español José María Aznar, González representó un puente entre el sector privado y la oposición, argumentando que la unidad es esencial para contrarrestar el «autoritarismo» de Morena.
Sin embargo, sus detractores lo pintan como un villano elitista. Críticos, incluyendo al expresidente Andrés Manuel López Obrador, lo acusan de ser un «poder tras el trono» financiado por grandes corporativos o empresas transnacionales, para influir en decisiones políticas. MCCI ha recibido donaciones de fundaciones estadounidenses como Ford y Open Society, lo que alimenta teorías de injerencia extranjera. En 2021, impulsó la coalición Va por México, vista por algunos como un intento de restaurar el «viejo régimen» prianista. Su participación en el relanzamiento del PAN, calificado por opositores como un «cambio gatopardo» con las mismas caras, refuerza la percepción de que manipula la agenda opositora para proteger intereses económicos. Encuestas recientes, como la de El Financiero en septiembre 2025, muestran que el 45% de mexicanos lo considera un defensor de la democracia, mientras que el 38% lo ve como un oligarca manipulador.
La pregunta central es si González es un héroe que fortalece la sociedad civil o un villano que socava la soberanía popular. Su activismo ha expuesto corrupción, pero su proximidad al poder económico genera desconfianza en un país con desigualdades profundas. En un contexto de polarización postelectoral 2024, donde Morena consolida reformas, su rol podría catalizar una oposición unificada o profundizar divisiones. El relanzamiento del PAN, con baja convocatoria callejera según reportes, sugiere que su influencia es más elitista que masiva. México necesita actores como él para el equilibrio, pero con transparencia para evitar sombras de manipulación.