Los escándalos fiscales que azotan a Morena en 2025, han erosionado su narrativa anticorrupción. El epicentro es el «huachicol fiscal», un esquema de facturación falsa y evasión masiva que, según el PAN, desvía hasta 200 mil millones de pesos anuales del erario —el mayor fraude en la historia del país—. Este no es un caso aislado: revela patrones sistémicos en el partido gobernante, con Adán Augusto López Hernández como figura central y uno de los ejemplos que mejor ilustran esta situación y cuya omisión fiscal de 79 millones de pesos expone nexos con redes criminales.
El escándalo estalló en septiembre de 2025 cuando N+ reveló que Adán Augusto, coordinador senatorial de Morena, omitió declarar ingresos por «servicios profesionales» de empresas privadas, algunas ligadas a contratos públicos y etiquetadas como «fantasma» por el SAT. Entre 2020 y 2024, recibió 79 millones de pesos de firmas como una que, tras pagarle 2.8 millones en 2024, vio suspendido su sello digital por irregularidades. El senador niega evasión, alegando «estrategia de la derecha», y pagó solo 2.4% de ISR, lo que genera demandas de aclaración del PAN por privilegios fiscales. La SFP investiga posibles sanciones: multas de hasta 100 mil UMAs (9.8 millones de pesos) o inhabilitación de hasta 20 años.
Este caso se entrelaza con «La Barredora», grupo de huachicol en Tabasco vinculado a Adán Augusto vía Hernán Bermúdez, su exsecretario de Seguridad. El CNI posee ocho horas de audios que lo implican en nexos criminales y fortuna inexplicada, con investigaciones en México y EE.UU. En X, el debate arde: usuarios lo tildan de «narco-corrupción» y lastre para Sheinbaum, quien lo ve como «personaje incómodo». Morena rechaza el «huachicol fiscal» como «contrabando de hidrocarburos», pero la oposición, liderada por Ricardo Anaya, lo califica de robo mayor que cualquier escándalo previo.
Las implicaciones son devastadoras. Encuestas de El País de septiembre de este año muestran una caída del 12% en el respaldo a Morena entre sus electores por corrupción. Sheinbaum, en su primer año, remolca un partido golpeado por excesos, prometiendo combatir «dinero mal habido» horas antes de su informe. Sin embargo, el rechazo de Adán Augusto a ceder la coordinación senatorial agrava la fractura interna, con Monreal como posible orquestador. Para 2026, este «huachicol» podría costar distritos clave en algunos estados del país donde Morena ya pierde 8% de aprobación.
En esencia, estos escándalos fiscales no son errores aislados, sino síntomas de un poder que prioriza lealtades sobre transparencia. Morena, nacida como antídoto al PRIAN, arriesga convertirse en su reflejo: un festín de impunidad. Sheinbaum debe depurar o perecer; de lo contrario, la «Cuarta Transformación» colapsará bajo su propio peso fraudulento.
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