La tragedia de esta tarde de «2-de-octubre-no-se-olvida» respecto a los negocios saqueados, propiedades privadas y del Estado dañadas y los ataques a los policías de CDMX, es otro caso más de impunidad ordenada desde los mandos del gobierno morenista. Es política de Estado impuesta por Amlo y seguida por su “corcholata” (su lenguaje) en la presidencia.
Los policías que tratan de cumplir su trabajo de proteger a la población (que en su mayoría lo hacen de buena fe, aunque haya algunos, y no pocos, corruptos o abusivos), se ven obligados a NO defenderse, a no aprehender a delincuentes en flagrancia ni evitar la comisión de delitos frente a ellos.
No son cobardes, son policías acostumbrados a obedecer órdenes sin chistar y sabiendo que si las desobedecen les va mal. Qué desesperación han de sentir de verse humillados, atacados, golpeados, incendiados, despojados de equipo ¡y no poder defenderse por las órdenes superiores, a pesar de ser capacitados, disciplinados y equipados para hacerlo!
Pero las cantinelas se volverán seguro a repetir: “no vamos a caer en provocaciones”, y “no vamos a reprimir”. Detener los delitos en flagrancia y aprehender a los responsables NO es “caer en provocaciones”, es cumplir la Ley. Detener a quienes delinquen causando daños a personas y a sus bienes, proteger a los agentes de policía NO es reprimir, es en ambos caso cumplir la obligación constitucional de dar seguridad a la población, que es el primer deber reconocido en el mundo como obligación de un Estado.
@siredingv
There is no ads to display, Please add some
