Por México Evalúa
Estas herencias del régimen de López Obrador son una acumulación de vulnerabilidades que impactan en el gobierno de la presidenta.
Primera herencia: una administración financieramente limitada, con un aumento de la deuda pública y del gasto en pensiones que redujo el margen fiscal disponible.
Segunda herencia: la concentración de poder en el Ejecutivo no es una ventaja como pretende el régimen morenista, sino una invitación al despotismo, un obstáculo a la gobernanza y un terreno de oportunidades para la corrupción que inevitablemente aprovechará el crimen organizado. Todo, en el contexto de la posible extinción del Instituto Nacional de Transparencia (INAI) que amenaza con convertir el derecho a la información en una prerrogativa discrecional.
Tercera herencia: un sistema de justicia debilitado. Su personal, ya de por sí enfrentando amenazas y violencia, ahora estará expuesto a la violencia político-criminal propia de los procesos electorales, gracias a la reforma judicial.
¿Podrá la presidenta defender la democracia y la seguridad en el campo minado que recibió?
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