Lejos de mostrar su estilo y personalidad propios para gobernar, Claudia Sheinbaum se aferra a comportarse como una copia de su antecesor, así lo demuestra su afirmación con la que muestra su desacuerdo con el presupuesto para llevar a cabo las elecciones para jueces y magistrados.
«No estoy de acuerdo. Se puede llevar a cabo la elección sin un monto tan importante», dijo en su conferencia mañanera del 4 de noviembre, imitando a su antecesor que con sólo expresar su opinión –deshechando la información– buscaba que se hiciera su voluntad.
Y es que los 13 mil millones de pesos que se considera para organizar la elección derivada de la reforma al Poder Judicial no salió de la nada o es algo que cualquiera dijera, sino que es parte del ejercicio que el INE –que algo sabe del tema electoral– hizo para elaborar su presupuesto para 2025, considerando el costo de montar las miles de casillas necesarias para la votación, impresión de boletas, capacitación de funcionarios de casilla y gasto asociados a esta actividad.
López Obrador desestimaba cualquier información que se daba a conocer –así se tratara del tema de seguridad, economía, política o tecnología–, para expresar sus creencias y buscar que se convirtieran en política pública, por eso las ocurrencias de la Megafarmacia, el AIFA y otras obras que han mostrado su inutilidad.
Ahora Sheinbaum sigue la misma tendencia mostrando que está atrapada en una burbuja en la que los que antes daban los «otros datos» a su antecesor ahora lo hacen con ella y por eso recurre a sus «opiniones» y no a los datos concretos y reales.
Y apenas lleva un mes de gobierno.
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