Reforma electoral: ¿consenso o imposición?

La reforma electoral propuesta por el gobierno de Claudia Sheinbaum ha encendido las alarmas entre exconsejeros electorales y la oposición, quienes advierten sobre los riesgos de un proceso sin consenso. Mientras el oficialismo, encabezado por Morena, busca reconfigurar el sistema electoral, figuras como Lorenzo Córdova, José Woldenberg y otros exconsejeros del INE e IFE, respaldados por el Instituto de Estudios para la Transición Democrática (IETD), exigen un diálogo amplio que incluya a todas las fuerzas políticas, expertos y la sociedad civil. Su preocupación radica en que cambios unilaterales podrían debilitar la autonomía del INE, la pluralidad y la imparcialidad del sistema electoral mexicano.

El nombramiento de Pablo Gómez, exlíder de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), como coordinador de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral ha generado críticas contundentes. El PAN, liderado por Jorge Romero Herrera, acusa a Morena de intentar imponer una reforma “a modo” que beneficie al partido gobernante, sin incluir a la oposición. En X, usuarios como @DerechaDiarioMX y @ramonpenafranco han cuestionado la parcialidad de Gómez, señalando su trayectoria en Morena y su historial en la izquierda como indicios de una agenda política más que técnica. Federico Döring, diputado panista, lo calificó como un “Rasputín electoral” que podría priorizar los intereses de la 4T sobre la democracia.

Los exconsejeros proponen cuatro ejes para una reforma democrática: consenso amplio, fortalecimiento de la representación proporcional, autonomía del INE y profesionalización de las autoridades electorales. Advierten que propuestas como la eliminación de plurinominales o la reducción del presupuesto del INE, impulsadas anteriormente por López Obrador y retomadas por Sheinbaum, podrían concentrar el poder en la mayoría legislativa y abrir la puerta a financiamiento privado o incluso criminal. Estas preocupaciones resuenan en aliados de Morena como el PT y el PVEM, quienes, según El País, también demandan consensos y critican la posible desaparición de plurinominales y recortes al financiamiento público.

El PAN ha advertido que una reforma sin diálogo pone en riesgo las elecciones libres y la estabilidad política. En un comunicado, Romero Herrera subrayó que México necesita una democracia que refleje su diversidad, no una que incline la balanza hacia un solo partido. En redes, la narrativa se polariza: mientras algunos apoyan la reforma para “limpiar” el sistema, otros temen un retroceso a épocas de control gubernamental sobre los comicios.

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El futuro de la reforma electoral dependerá de la capacidad de Sheinbaum para tender puentes con aliados y oposición. Sin consensos, el proceso podría fracturar aún más el panorama político, especialmente con las elecciones intermedias de 2027 en el horizonte. Por ahora, la designación de Gómez y la falta de claridad sobre la inclusión de otros actores no auguran un camino fácil.


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