En nuestro país, los trastornos neurológicos y, en particular, los infartos cerebrales, representan una de las principales causas de muerte y discapacidad en adultos. En 2024, México registró 18,019 defunciones por enfermedades cerebrovasculares, posicionándose como la séptima causa de muerte a nivel nacional.
En los últimos años, los infartos cerebrales en personas jóvenes han aumentado de forma preocupante. Aunque los factores de riesgo más comunes son hipertensión o diabetes, también se ha identificado que el consumo de sustancias psicoactivas son un punto importante por considerar. Estas drogas pueden provocar una contracción repentina de los vasos sanguíneos en el cerebro, lo que aumenta el riesgo de sufrir un evento vascular cerebral incluso en edades tempranas.
“También tiene mucho que ver con el estilo de vida y el estrés constante que vivimos. La falta de sueño reparador, la mala alimentación y el estar pendiente de la tecnología todo el tiempo, pueden ser factores de riesgo que aumentan la probabilidad de sufrir un infarto cerebral”v, advirtió el Dr. Daniel Sánchez Arreola, miembro de la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia (SMME).
Este 22 de julio se conmemora el Día Mundial del Cerebro, una iniciativa internacional liderada por la Federación Mundial de Neurología (WFN), en colaboración con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC). Con el lema “Salud Cerebral para Todas las Edades”, la campaña 2025 busca fomentar el conocimiento, la prevención y la atención oportuna de los trastornos neurológicos a lo largo de toda la vida: desde la infancia hasta la vejez.
De acuerdo con la Secretaría de Salud, cada año se registran 170 mil casos de infarto cerebrovascular y aunque el mayor número de fallecimientos se han registrado en personas mayores de 65 años, es importante tomar medidas de prevención y cuidado en todas las edades, ya que quienes sobreviven a estos eventos es muy factible que presenten algún tipo de discapacidad dependiendo de la zona del cerebro que haya sido afectada.
«Hace 10 años estas enfermedades eran características de población de más de 60 o 65 años. Pero ahora, con 45 años ya es frecuente que las personas padezcan enfermedades crónicas como hipertensión o diabetes, que pueden ser la antesala a un infarto cerebral”, comentó el Dr. Daniel Sánchez Arreola.
La salud cerebral ha sido reconocida por la OMS como una prioridad sanitaria mundial, al considerar que, hasta el 90 % de los infartos cerebrales o también conocidos eventos cerebrovasculares (EVC), el 40 % de los casos de demencia y el 25 % de las epilepsias, pueden prevenirse con acciones oportunas y educación pública adecuada.viii
Ante este contexto, la Sociedad Mexicana de Medicina de Emergencia impulsa la Estrategia CAMALEÓN, una herramienta educativa que facilita la identificación temprana de un infarto cerebral. El acrónimo permite recordar los síntomas más comunes: CA: cara colgada, MA: mano pesada, LE: lengua trabada, ÓN: ¡Ponte en acción! y llama al 911 o traslada al paciente a un hospital referenciando que presenta síntomas de infarto cerebral.
En el marco del Día Mundial del Cerebro 2025, se hace un llamado a toda la población mexicana para sumarse a esta campaña global. La salud cerebral debe protegerse en todas las edades: desde el desarrollo infantil, pasando por la adolescencia y la adultez, hasta el envejecimiento activo.
La prevención y el diagnóstico oportuno de padecimientos en el cerebro son esenciales para garantizar una buena calidad de vida y reducir la carga de estas enfermedades en México y el mundo. Recordar los síntomas, actuar con rapidez y difundir el mensaje de la estrategia CAMALEÓN puede marcar la diferencia entre la vida, la discapacidad o la muerte.
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