La venta de vehículos híbridos y eléctricos en México está viviendo un momento histórico. En lo que va del 2025, el país ha registrado la venta de 54,678 unidades, consolidando una tendencia al alza que marca un hito en la adopción de tecnologías más limpias en el sector automotriz. Esta cifra, aunque corresponde a menos de la mitad del año, ya representa un volumen significativo que posiciona a México como un actor relevante en la transición hacia la electromovilidad.
De acuerdo con datos recientes de TResearch International e INEGI, el 9.2% de los 593,282 autos vendidos en México hasta mayo de 2025 fueron híbridos o eléctricos. Este porcentaje es el más alto registrado hasta la fecha, lo que refleja un cambio notable en las preferencias de los consumidores mexicanos y un avance firme en la diversificación de la oferta automotriz.
El sexenio actual ha sido testigo de un impulso sin precedentes en la comercialización de este tipo de vehículos. Durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, se han vendido un total de 312,102 autos híbridos y eléctricos, estableciendo un récord sexenal. Este crecimiento no solo subraya el interés creciente por estas tecnologías, sino que también evidencia una posible correlación con políticas o incentivos que favorecen su adquisición.
La Ciudad de México, el Estado de México y Nuevo León se han consolidado como los principales motores de esta transformación, concentrando casi la mitad de las ventas de vehículos híbridos y eléctricos a nivel nacional, con un 49%. Estas entidades, caracterizadas por su densidad poblacional y su desarrollo económico, lideran la adopción de la electromovilidad, lo que sugiere una mayor conciencia ambiental entre sus habitantes y, posiblemente, una infraestructura de carga más accesible.
El aumento en la venta de autos híbridos y eléctricos en México representa un paso crucial hacia la sostenibilidad y la reducción de emisiones contaminantes. Este fenómeno no es aislado, sino que forma parte de una tendencia global donde cada vez más países buscan alternativas de transporte más amigables con el medio ambiente. Para México, esta evolución implica no solo beneficios ecológicos, sino también oportunidades de desarrollo tecnológico e industrial, al fomentar la inversión en infraestructura de carga y la fabricación de componentes para vehículos eléctricos.
Si bien las cifras son alentadoras, es fundamental que el impulso continúe con políticas públicas que incentiven aún más la compra de estos vehículos, así como el desarrollo de una infraestructura de carga robusta y accesible en todo el territorio nacional. La meta de tener un parque vehicular más limpio y eficiente está cada vez más cerca, y los datos de este 2025 confirman que México está en la ruta correcta hacia un futuro más verde en el transporte.
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