Gobernadores de oposición se rinden ante Sheinbaum

En un giro político notable, los gobernadores de oposición Manolo Jiménez (Coahuila, PRI), Esteban Villegas (Durango, PRI) y Samuel García (Nuevo León, Movimiento Ciudadano) han expresado públicamente su respaldo a la presidenta Claudia Sheinbaum. Este apoyo, manifestado durante eventos como la gira presidencial en Durango en febrero de 2025, sugiere un cambio en las dinámicas políticas del país, donde incluso los mandatarios no alineados con Morena parecen estar ajustándose a la hegemonía del partido gobernante. Sin embargo, este acercamiento no parece responder únicamente a la búsqueda de recursos federales, sino a una estrategia de supervivencia política que podría incluir aspiraciones a cargos futuros, como embajadas, en un contexto donde la oposición enfrenta un declive electoral.

Durante la gira en Bermejillo, Durango, Jiménez y Villegas destacaron la importancia de trabajar en equipo con Sheinbaum, respaldando programas sociales y proyectos de infraestructura como la tecnificación del Distrito de Riego 017. Jiménez, por ejemplo, agradeció los apoyos federales y se comprometió a colaborar en temas de seguridad y migración, enfatizando la relevancia de Coahuila como estado fronterizo. Villegas, por su parte, subrayó que “Durango es más grande que los colores” y se alineó con la presidenta para “hacer un México grande”. Estas declaraciones reflejan una voluntad de cooperación que trasciende las lealtades partidistas, pero también levantan sospechas sobre las motivaciones detrás de esta postura conciliadora.

Samuel García, conocido por su estilo disruptivo, también ha mostrado disposición para trabajar con Sheinbaum, como se vio en reuniones previas en 2024 donde se discutieron proyectos de infraestructura y seguridad. Este alineamiento de gobernadores de oposición con Morena ha generado críticas, con analistas sugiriendo que no se trata solo de garantizar presupuesto para sus estados, sino de un cálculo político para mantenerse relevantes en un panorama dominado por el partido oficial. La especulación sobre posibles recompensas, como embajadas en caso de perder elecciones futuras, gana fuerza, especialmente considerando el debilitamiento del PRI y PAN, y la falta de cohesión en Movimiento Ciudadano.

Este fenómeno evidencia la creciente centralización del poder en Morena, que parece estar absorbiendo a figuras de oposición mediante incentivos políticos. Sin embargo, el costo para estos gobernadores podría ser alto, ya que arriesgan alienar a sus bases electorales al acercarse a un partido que muchos de sus votantes rechazan. En un México donde la oposición lucha por mantenerse relevante, estas alianzas estratégicas podrían ser un intento de asegurar un futuro político en un escenario postelectoral incierto.

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El respaldo a Sheinbaum por parte de Jiménez, Villegas y García no solo refleja pragmatismo, sino también el reconocimiento de que, en la actual coyuntura, resistir al oficialismo puede ser más costoso que alinearse. Este episodio plantea preguntas sobre el futuro de la oposición y su capacidad para desafiar el dominio de Morena.


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