Introducción
El feminicidio sigue siendo una de las crisis más graves en México, aunque las estadísticas recientes muestran una disminución en los casos. Según el informe de *TResearch*, en marzo de 2025 se registraron 59 feminicidios, un 23% menos que en el mismo mes de 2024. Sin embargo, estas cifras contrastan con la realidad que viven miles de mujeres en un país donde la violencia de género persiste como un problema estructural.
Tendencias y cifras clave
El documento revela que, durante el primer trimestre de 2025, se acumularon 62 feminicidios, lo que representa una caída del 22% en comparación con 2024. A nivel anual, la tendencia a la baja se mantiene desde 2020, con un descenso del 14% en 2023 y del 22% en 2024. No obstante, el sexenio de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) cerró con 5,548 casos, mientras que en los primeros meses de Claudia Sheinbaum (CSP) ya suman 381.
Aunque la reducción parece alentadora, especialistas advierten que estos números podrían estar subestimados debido a la falta de tipificación adecuada del delito en algunas entidades. Además, el aumento del 21% en feminicidios de febrero a marzo de 2025 (de 48 a 58 casos) sugiere que la violencia no cede.
Entidades más peligrosas
El Estado de México (Edomex) y la Ciudad de México (CDMX) lideran las estadísticas tanto en el sexenio de AMLO como en el actual. Durante el gobierno de Sheinbaum, Edomex registró 33 feminicidios, seguido por CDMX con 24. En el período anterior, Edomex acumuló 720 casos, consolidándose como la región más letal para las mujeres.
Otras entidades con altos índices incluyen Veracruz, Jalisco y Nuevo León, donde la combinación de impunidad, narcotráfico y desigualdad social agrava el problema.
¿Es suficiente la respuesta gubernamental?
Las autoridades han destacado la disminución de casos como un logro de sus políticas de seguridad. Sin embargo, organizaciones civiles señalan que muchas muertes violentas de mujeres no son clasificadas como feminicidios, lo que distorsiona las estadísticas. Además, la falta de acceso a la justicia para las víctimas y sus familias sigue siendo un pendiente crítico.
Conclusión
México enfrenta un desafío complejo: aunque las cifras oficiales muestran una reducción en los feminicidios, la percepción de inseguridad entre las mujeres no disminuye. La transparencia en el registro de casos, la erradicación de la impunidad y la implementación de políticas públicas efectivas son pasos indispensables para combatir este flagelo. Mientras tanto, la sociedad exige acciones concretas y no solo datos que, en ocasiones, parecen ocultar más de lo que revelan.
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