Por México Evalúa
El resultado electoral de 2024 dejó claro que los partidos tradicionales están en crisis. El fracaso de la coalición PAN-PRI terminó de exponer su falta de cohesión y estrategia como fuerzas opositoras. No obstante, Morena, bajo la administración de Claudia Sheinbaum, tampoco está exenta de debilidades: enfrenta divisiones internas y diferendos en la administración del poder.
Como lo hemos señalado, la violencia político-criminal y la creciente influencia del crimen organizado en el ámbito subnacional han socavado la autoridad del Estado. Además, las Fuerzas Armadas, con un poder político y económico sin precedentes, imponen retos adicionales a la gobernabilidad. El control político que parecen tener Morena y la presidenta es frágil frente a estos desafíos.
En este contexto, la oposición tiene la oportunidad de renovarse. La fallida alianza PRI-PAN dejó claro que la ciudadanía demanda una opción distinta, liberada de los viejos vicios del PRI y PAN, que no esté marcada por los errores del pasado. La creciente violencia, la ineficiencia en el gasto público y la falta de resultados en términos de seguridad y bienestar social, son puntos que podrían movilizar a una ciudadanía desencantada.
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