La clavecinista Gośka Isphording ofreció el estreno de cinco obras en el Jardín Escénico

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En el marco del 47 Foro Internacional de Música Nueva Manuel Enríquez, organizado por la Coordinación Nacional de Música y Ópera del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la clavecinista Gośka Isphording ofreció un concierto en el Pabellón Escénico del Jardín Escénico del Centro Cultural del Bosque, con el estreno de cinco obras que van de lo tradicional hasta lo electrónico.

La primera obra, La tendre indifférence du monde, de Janco Verduin (Países Bajos, 1972), quizá fue la más accesible para el público, aunque su desenlace incluye elementos abstractos. El autor explica que, en la creación de esta pieza, evitó la melodía y construyó capas verticales de sonido mediante acordes formados por líneas superpuestas. “La pieza se mueve en oleadas, cada vez más difíciles, más pesadas, más intensas: una lucha musical en ascenso”, señaló.

En la obra Yuomec, de Aleksandra Gryka (Polonia, 1977), la electrónica juega un papel predominante y se aleja de los sonidos característicos del instrumento, tradicionalmente asociado al barroco. La compositora detalla que es una miniatura para clavecín y electrónica, en la que utiliza ambos teclados del instrumento, lo que permite no solo lograr contrastes dinámicos, sino también crear clústeres armónicos y estructuras poli-rítmicas.

El concierto continuó con Abrasión, para clavecín y electrónica espacial, de Ewa Trębacz (Polonia, 1973), una interesante mezcla de las posibilidades acústicas del clavecín con la música electrónica espacial, que genera un sonido único e irrepetible.  

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En la pieza de la compositora Nina Fukuova (Japón, 1988), how to jouïssance, aparecen elementos familiares al mundo occidental, relacionando el clavecín con los videojuegos a través de sonidos que intensifican esta experiencia para trascender el gozo ordinario y generar tensión.

La obra que despertó mayor curiosidad fue Alpha 2.0, del compositor mexicano Hugo Morales (México, 1979), en la que rinde homenaje a los videojuegos que han acompañado a adolescentes y adultos, así como al mundo sonoro del entretenimiento digital, combinando clavecín y electrónica.

Al final del recital, la clavecinista sostuvo una conversación con el público y dijo sentirse muy emocionada de visitar por primera vez México. Comentó que el clavecín es un instrumento relacionado con el mundo de la música clásica, por lo que mezclarlo con lo electrónico y lo audiovisual ha causado sorpresa.

Añadió que, aunque los compositores e intérpretes no pueden escapar de su historia ni de su tradición, se perciben rastros ocultos de la música clásica en las piezas interpretadas. Por ejemplo, en La tendre indifférence du monde se reconocen influencias de François Couperin y Johann Sebastian Bach. “La verdad es que los clavecinistas no podemos escapar de nuestra tradición clásica”, afirmó.

Finalmente, explicó que una de las razones para adentrarse en la música electrónica es que ésta resuelve algunas de las dificultades técnicas del clavecín, lo que le permitió experimentar con ambos estilos musicales. También destacó que trabajar con compositores vivos le ha proporcionado una valiosa retroalimentación. Subrayó que el clavecín posee características acústicas muy precisas, con un timbre hermoso pero complejo, y mencionó que ha estrenado más de 100 obras dedicadas a este instrumento.

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