Aguascalientes vivió una jornada de caos el 26 de julio de 2025, cuando narcobloqueos paralizaron tramos clave de la carretera federal 45 y otras vías en los municipios de Asientos, Cosío, Rincón de Romos y San Francisco de los Romo. Según reportes de *Proceso*, los incidentes incluyeron la quema de vehículos, ataques con bombas molotov a tiendas Oxxo y un depósito de cerveza, así como balaceras en Villas de Nuestra Señora de la Asunción y Pabellón de Hidalgo. Estos hechos se desencadenaron tras un operativo conjunto del Ejército, la Guardia Nacional y la Secretaría de Seguridad Pública Estatal (SSPE), que desmanteló un narcocampamento en Rincón de Romos, deteniendo a 18 personas y asegurando armas y vehículos. El secretario de Seguridad, Manuel Alonso García, señaló que los bloqueos fueron una reacción para distraer a las autoridades tras la captura de presuntos miembros de un grupo criminal, posiblemente ligado al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), aunque no se ha confirmado oficialmente.
Este episodio refleja la creciente inseguridad en México, donde la violencia de los cárteles se extiende incluso a estados considerados tranquilos, como Aguascalientes, que según la Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública (ENVIPE) escaló al tercer lugar en incidencia delictiva en 2024. La estrategia de seguridad de la gobernadora Teresa Jiménez ha sido cuestionada por académicos y empresarios, quienes exigen revisar las fallas ante el aumento de homicidios, extorsiones y narcobloqueos.
Un caso paralelo que ilustra la gravedad de la situación es el de Veracruz, donde una maestra jubilada que trabajaba como taxista fue secuestrada el 25 de julio de 2025 por un grupo criminal. Según La Voz de Michoacán, tres personas fueron detenidas, pero el hecho pone en evidencia la vulnerabilidad de la población ante la delincuencia organizada. Veracruz, asediado por grupos como el CJNG, el Cártel del Golfo y los Zetas, reporta un aumento en secuestros y violencia, con frecuentes narcobloqueos en zonas como Acayucan y Coatzacoalcos. Estos incidentes, similares a los de Aguascalientes, muestran cómo los cárteles utilizan tácticas de intimidación para desafiar a las autoridades y controlar territorios.
La diversificación de actividades criminales, como el secuestro, la extorsión y el tráfico de fentanilo, agrava la crisis de seguridad pública. En México, más de 30,000 personas mueren anualmente por violencia relacionada con el crimen organizado, y los secuestros afectan tanto a ciudadanos comunes como a extranjeros. La administración de Claudia Sheinbaum enfrenta el reto de frenar esta escalada, mientras la militarización de la seguridad pública, heredada de López Obrador, no parece contener la expansión de los cárteles. Aguascalientes y Veracruz son solo un reflejo de un país donde la delincuencia desafía al Estado, dejando a la ciudadanía atrapada en el fuego cruzado.
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